Con algo de sorpresa veo que este libro de 13 relatos se publicita como narrativa fantástica, definición que nunca se me había ocurrido hasta ahora para definir esta vertiente de la obra del maestro florentino a la que pertenece el presente libro: la de la fábula moral… definición, creo, más precisa aunque menos comercial.
Papini fue un maestro del humor literario y de la sátira, hábil polemista en constante diálogo furioso con el devenir de la cultura, sempiterno intempestivo, ensayista iconoclasta frente a los ídolos culturalmente establecidos.
Fallecido en 1956, los últimos años del escritor fueron muy duros. Ciñéndonos sólo a su salud, señalaré que fue quedándose paulatinamente paralítico y ciego. Más que nunca fue un piloto ciego, pero continuó guiando su nave con mano maestra: las constelaciones guías estaban ya en su interior.
La paradoja filosófica, el artilugio narrativo insólito, la exposición de situaciones psicológicas en el límite, son las formas elegidas por el Papini de aquellos comienzos del siglo XX para provocar el desasosiego en el mundo de las letras italianas, sobre el que cayó como arrojado desde un bombardero cruel y resplandeciente.
El libro que ahora llega a vuestro alcance aparece en 1909, como decíamos, año de la aparición del Futurismo, y en el texto titulado “Más aprisa”, que no podemos calificar de narración, conecta de inmediato con esa aceleración a todos los niveles de todos los procesos (políticos, económicos, literarios, estéticos, e internos a cada obra de arte) que proponía esta primera vanguardia.
La pérdida de la identidad, cuestión clave en una era de homologación, se expone en el capítulo titulado “¿Quién eres?”. Mientras que en “Dos imágenes en un estanque” la identidad propia aparece como problema de conciencia y, sobre todo, de coherencia intelectual.
Pensando en el extraordinario relato de ÁNGEL GRACIA Calibán, me agrada que el lector encuentre aquí tomando la palabra a la contraparte de aquel personaje: Ariel, concretamente en el relato “Los mudos”.
La responsabilidad ética del yo como personaje, como sujeto artístico protagonista de esa novela que cada cual escribe con su vivir, es la temática de “Historia completamente absurda”.
El universo puede ser mentira… el universo puede albergar una pequeña verdad dentro de su mentira: esto es “El reloj parado a las siete”.
La potencia de la imaginación y el misterioso poder de la voluntad sin acto, se desarrolla en “Una muerte mental”.
Siempre recordaré la alegría con la que, a los veinte años, recibí en mi biblioteca los seis volúmenes de las Obras Completas de Papini.
El piloto ciego se halla en la línea de los primeros libros de su autor, compuestos por este tipo de relatos satíricos, agudos y despiadados cuyo estilo culmina en GOG (1931). Pero de la juventud de Papini sin duda el mejor es Palabras y sangre, de 1912, que espero vuelva también a publicarse en español.
Sirva este post como continuación de esa peculiar cruzada mía que aspira a propiciar el interés hacia escritores poco conocidos en España, o a reivindicar a otros que han caído en olvido injusto o maliciosamente premeditado: Stanley G. Weinbaum, Stefan George, Gabriele D’Annunzio…
Otras obras de Papini que recomiendo especialmente son:
- Lo trágico cotidiano (1906)
- Palabras y sangre (1912)
- Un hombre acabado (1912)
- Cien páginas de Poesía (1915)
- La experiencia futurista (1920)
- Gog (1931)
- El libro negro (continuación de Gog, 1951)
- Dante vivo (1933)
- Exposición individual (1941)
- Diario
(gran obra póstuma, publicada en 1963, recomendable para todos los aficionados al memorialismo imbricado con los sucesos de la historia del siglo XX).
“¡Cuánto quiero a la tierra! Pero nadie se inclina a besarla, por respeto a los vestidos.”
(Papini, Cien páginas de Poesía)
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